Los arbustos de paja que ruedan por el hollywoodense desierto del Lejano Oeste son llamados barrillas, brujas capitanas o cachanillas. Todos son términos latinos, muy lejanos del uso peninsular del idioma de Cervantes. Así que en España suelen llamarse por su cualidad, la de rodar. Plantas rodadoras. Y por el lugar donde suelen verse. Plantas rodadoras del desierto.
Argumentos Serrano
La Poesía del fútbol
lunes, 11 de noviembre de 2013
domingo, 27 de octubre de 2013
Mis 6 claves del Clásico
Meditadas y pensadas, ahí van los seis aspectos que deseo destacar del clásico de ayer:
1. Los Detalles deciden el partido.
Y para detalles, el ‘detallazo’ de calidad de Alexis justo cuando el Madrid se lo empezaba a creer.2. Ilusionante segundo tiempo del Madrid.
Jugó al fútbol y sometió al Barça. Illarramendi y Benzema fueron los artífices de la mejoría.3. ‘Volantazo’ de Ancelotti en el primer tiempo.
Infravaloró a sus jugadores y desperdició 45 minutos. 0 fútbol y no tan buena defensa.4. Primera parte muy táctica y gris.
Neymar fue el único que puso la nota de color en un partido donde no apareció Messi.5. ¿Resultado justo? Sí para mí.
Una parte para cada uno. Messi falló el 2-0 en la primera parte. Aunque el Real Madrid casi merece algo más.6. Undiano no pitó 2 penaltis (bastante claros) al Madrid.
Aunque podría haber echado a Ramos y pitado penalti a Cesc. Favoreció a FC Barcelona.domingo, 20 de octubre de 2013
Maldita publicidad
De la caja registradora aparece un trozo de papel. Ese papel tan fino y suave y que si pasas el dedo con insistencia se te queda negro de la tinta aún sin secar. Una mujer. Viste pantalón blanco de enfermera con chaquetilla de algodón negra.
Un niño. Se remueve en sus brazos. El pequeño, como un faro, mira alrededor continuamente. 360 grados de vistazos una y otra vez. El brazo libre de la mujer mete en la bolsa los productos comprados: un paquete de macarrones, un pack de 8 yogures Danone, un pequeño bote de cristal, una caja de galletas ‘Chips Ahoy!’. Su marido, por fortuna para aquellos que esperaban, imprime un ritmo mucho más alto a esa actividad.
–“36 con 43” –musita la cajera.La mujer murmura algo. Ninguno de los presentes logra descifrar su siseo. Ninguno, la dependienta. Ella sí la entiende.
–“¿En tres meses?” –Toquetea la caja registradora–. “No me deja” –comenta, sostiendo en la mano derecha el DNI y la tarjeta del banco de la madre.
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| Bombardeo de ofertas |
La mujer mira a su marido. El niño se queda inusualmente quieto. En la caja 6 de la gran superficie situada entre los malagueños barrios de Teatinos y Portada Alta todos fruncían el ceño. Los que estaban en la cola, porque estaban esperando más de la cuenta; los protagonistas, por ser protagonistas.
Comenzó así un intercambio de murmullos entre la mujer y la cajera. Al que se le unían los pitidos de la caja registradora chivando el error de conexión: “a final de mes”, “tampoco puedo”, “prueba otra vez”, “ya lo he intentado dos veces”, “una tercera”. La cajera negó con la cabeza dictando sentencia.
Los de la cola miraron para otro lado, como el maldito vecino que se encuentra en el ascensor con una mujer a quien sabe que han maltratado la noche anterior. El marido se apresuró a sacar de las bolsas todos los productos: los coloridos diseños de los Danone y la caja de ‘Chips Ahoy!’ se distinguían entre tanto blanco de la marca del ‘super’.
¿Por qué una familia de tres miembros en esa situación caería en la tentación de comprar esos dos productos? Los ahorradores les tildarían de derrochadores. Los ricos, de “haber vivido por encima de sus posibilidades”. Esos yogures Danone y la galletas de marca cuestan 3’98€. Mientras que los mismos productos (y más cantidad) marca Discount llegan a 1’96€. La mitad.
Muchos pensarán que dos euros no es nada. Otros, que la calidad es diferente. Pero… ¿Qué es la calidad? Podría referirse al sabor. Pero como es sabido, en el libro de los gustos nada está escrito. Podría referirse a los valores nutricionales. Si se comparan los valores de un yogur de las dos marcas se comprueba que son realmente similares.
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| Comparativa nutricional entre Danone y Hacendado |
A unos metros de allí, en ese preciso instante, bajo el techo a dos aguas del mismo centro comercial, una joven de aspecto radiante cobra ocho euros la hora por sostener una sonrisa eterna cada mañana de cada sábado de ese mes. En la mano sostiene unos ‘papelejos’ con la promoción a ofertar. A su izquierda un pequeño mostrador hecho de cartón duro. Detrás de ella, una ruleta de tres metros de altura fabricada con el mismo material.
“Traiga su ticket de compra de productos ‘Chips Ahoy!’ y consiga numerosos regalos en nuestra ruleta de la suerte” reza una letra capital en medio de la ruleta. No es ni la calidad, ni la nutrición, ni el derroche. Es la publicidad. Maldita publicidad. Es ella la que sostiene con sus manos esta montaña rusa que nos atolondra. Madre del consumismo y capitana del capitalismo.
martes, 8 de octubre de 2013
La batalla de los Olivares
No eran más de una treintena de hombres contra 15.000 almas. La aplastante
lógica numérica cincelaba en sus rostros la desesperación de quien se sabe
derrotado. Los minutos pasaban y el estruendo de sus rivales le hacía un nudo
en sus gargantas. La opresión en el pecho producida por la angustia, el dolor
de cabeza de quien quiere gritar pero no puede por simple terror: la fatídica
espera de quien espera sin saber qué encontrará. Uno de ellos, vestido con su
uniforme beige con detalles negros y amarillos, apretaba los dientes y miraba
al frente mientras, nervioso, pasaba su peso de una pierna a otra; como si sus
piernas no pudiesen sostener el peso de su cuerpo durante un tiempo demasiado
prolongado. En frente de estos
abandonados guerreros de terracota, formaban en perfecto desorden y
estructurada algarabía millares de personas que verían como sus sueños se
cumplirían en cercanos instantes.
El momento esperado llegó cuando el árbitro entonó el pitido final. El
graderío se venía abajo con la fútil esperanza de abrazar o besar a alguno de
sus héroes. La treintena de seguratas que protegían el verde observaron,
impasibles, cómo un joven vestido de blanco y morado pasaba entre ellos y se
lanzaba hacia el montón de jugadores que celebraban el sufrido ascenso de su
equipo, del Real Jaén.
Después de ese pionero; decenas, centenas y millares de personas invadieron el césped que había gestado la hazaña durante la hora y media
anterior en la que veintidós jugadores manejaban con los pies una pelota con la
intención de meterla en la portería contraria: todo el mundo quería ser parte
de la fiesta del fútbol.
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| Gaitán, a hombros de Toni García, rememora a Antoni Galera |
Sin embargo, momentos antes la historia no había sido tan color de rosa.
Los primeros ochenta y cinco minutos fueron una excusa para justificar los
últimos cinco: Santi Villa lanza una falta desde el balcón del área y un
jugador del huracán de Valencia golpea el balón con la mano o el balón roza el
brazo de ese jugador (depende del color de quien lo cuente).
El colegiado señala penalti y la euforia de la Nueva Victoria estalla en
un grito de alegría acompañado de un brazo con el de al lado, puños en alto o,
incluso, besar el suelo que sostiene tus pies. Un padre levantaba a su hijo
como Rafiki lo hacía con Simba al principio de cierta película de Disney. Euforia
justificada pues el Jaén sólo debía mantener el resultado de empate a cero para
conseguir el ascenso: un penalti le acercaba su objetivo al alcance de las dos
manos.
Es el propio Santi Villa el que se enfrenta al portero valenciano. La
grada ni siquiera presta atención al penalti, restan poco más de dos minutos
para el final del encuentro y aunque lo fallara, el Huracán no tendría tiempo a
una respuesta: había que celebrarlo. Santi Villa golpea el balón de forma
impecable, sin embargo, el palo repele el esférico. Pocos segundos pasan de un barullo en el área
visitante a un despeje desesperado que acaba en las botas de un delantero del
Huracán. Tenía todo el campo para él.
Toda la grada preferente fue testigo de cómo el jugador valenciano se
plantó delante de Toni García, el meta jienense, en lugar de chutar, cede la
bola a un compañero que venía en la segunda jugada: éste remata de primeras y
el balón sale de sus botas acariciando el césped, muy lentamente avanza hacia
la línea de gol, sin embargo, en última instancia, Raúl Gaitán logra despejar
ese balón maldito que tanto recordaba por su lentitud al que les arrebató el
ascenso en un 2009. Ese año se enfrentaban al Villarreal B de Garrido.
Entonces, Galera no pudo despejarlo, el pequeño submarino logró el empate y el
golaveraje le favoreció.
El estadio enmudeció durante esos
largos segundos en los que se veían personas con manos en la cara, otros
tirándose del pelo pero, sobre todas las poses, mandaba aquella del conejo de
carretera deslumbrado por las luces de un coche que acabaría por atropellarlo:
era la mirada del estupor cuya banda sonora eran millares de “no me lo creo” o
“no puede ser”: los dos ojos abiertos como platos, sin poder reaccionar.
Un suspiro general que exhalaba todo el aire contenido seguido de un
verdadero grito de alegría era lo que entonaba una Victoria mucho más cauta que
antes, que esperó al pitido final para celebrarlo de verdad con los jugadores,
con sus amigos y familiares y con el mundo entero. El Real Jaén estaba en
segunda. Lo que el fútbol le arrebató once años antes se lo devolvía este
verano. La temporada siguiente jugarían en la división de plata, pero eso
ya, es otra guerra.
jueves, 25 de abril de 2013
Odio
Odio tanto que no sé por donde empezar
Odio a aquellos que no cuentan la verdad
Odio la luna a las 6, odio la impuntualidad
Odio a aquellos que se creen que son los buenos
Odio tener cansancio, hambre, sed o sueño
Odio ver en las calles basura tirada en el suelo
Odio cuando oigo sin escuchar y veo sin mirar
Odio el ketchup y a los que hablan sin pensar
Odio a aquellos trajeados hablando de igualdad
Odio las invitaciones del feisbuk a eventos y juegos
Odio los efecto fan, y también los 'lo haré luego'
Odio a los pasajeros empujando por ser los primeros
Odio los domingos sin hacer nada
Odio las tartas personalizadas
Odio todos los cuentos de hadas
Odio a los príncipes azules
Odio a los políticos gandules
Odio a los políticos
Odio las cifras de desempleo
Odio las tardes de cotilleo
Odio todos los rings de boxeo
Odio tantas cosas que no sé cuando acabar.
domingo, 7 de abril de 2013
A ninguna otra parte
No lograba entender
Que sentimiento era
Me mataba sin querer
Pero merecía la pena
Calor inexplicable
Una sonrisa eterna
Tú eres la culpable
De mis noches en vela
Y cuando despertaba
Envuelto en tus recuerdos
Que a mi mente llegaban
Empujados por el viento
Deseada por el sol
Anhelaba encontrarte
Y que no te fueras más
A ninguna otra parte
martes, 12 de febrero de 2013
La otra cara del discurso que removió la conciencia del socialismo
Hoy España se ha levantado con ganas de marcha: con un PP
herido de muerte a causa de las continuas acusaciones de corrupción a raíz del
caso Bárcenas (y del caso Gürtel, el cual no ha acabado tampoco) y, sobre todo,
de las palabras de Beatriz Talegón, líder de la Unión Internacional de Jóvenes
Socialistas (IUSY) que pone de tres vueltas y media al socialismo mundial y,
por ende, a un PSOE que vira sin rumbo como un pollo sin cabeza.
No obstante, la bella retórica y el discurso juvenil en
contra de los seniles y decrépitos ancianos del partido no es más que eso,
palabras vanas y vacías. Palabras dirigidas a aquellos que han perdido los
ideales reales del socialismo y que están envilecidos por el diablo del poder y
la riqueza. Son, en efecto, palabras idóneas y certeras para la ocasión.
Sin embargo, son palabras y las palabras no merecen nada más
que reflexión ante ellas y no la marabunta de aplausos, rosas y elogios que se
ha llevado Beatriz Talegón por, simplemente, defender a su organización. Lo que
a los españoles les ha gustado es que ha, aparentemente, atacado a sus mayores
enemigos: los políticos que les han llevado a esta situación, que han bajado
las ayudas, el sueldo y subido los impuestos. Ahí, los españoles se identifican
con sus palabras.
Otro error de la razón humana: el creer que el enemigo de
nuestro enemigo es nuestro amigo. Nada más lejos de la realidad. La líder de
IUSY milita (la expresión “pertenece” me parecía demasiado mercantil) en el
Partido Socialista Obrero Español. Y, tal y como dice Julián Jiménez, ex-militante
de las juventudes del PSOE, en su carta abierta dirigida a esta Beatriz: “Quienes
conocemos el podrido funcionamiento del PSOE sabemos que alguien rebelde nunca
alcanza una responsabilidad tan alta como la de Dirigente de las IUSY”.
Así, el ex-militante (que recibió críticas de la propia
Beatriz por abandonar el partido), resume su escéptica opinión respecto al
discurso que ha “avergonzado” al socialismo internacional con estas palabras: “sinceramente,
ex compañera Beatriz Talegón, creo que tu discurso es una mera pose que reclama
un Partido Socialista que hace aguas, que necesita poses estéticas para tratar
de mantener a incautos de buena fe que vean en tus palabras un aire fresco que
en el PSOE no existe”.
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